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Y como sucedió este sábado lo estoy contando. No me arrepiento y volvería a hacerlo si fuera necesario.Tanto gilipollas y tan pocas balas. Asi germinan los futuros maltratadores de este pais. Lástima que no tenga un herpes vengador. ¡Menudo tocapelotas! Y lo peor es que a los 5 minutos ya estaban tan ricamente, acaramelados como los amantes de Teruel (Tonta ella, hijoputa él). ¿Pero qué coño les pasa a las mujeres? ¿Es imprescindible tanto masoquismo? ¿El amor aumenta proporcionalmente al trato de mierda que se os dé? ¿Alguien tiene una respuesta? Y después de esto: ¿Me vigilareis con especial atención cuando nos vayamos a tomar unas birras? ¿Ha aumentado vuestra paranoia?
Moraleja: No toques los huevos a un perdedor porque acabarán en tu boca.
Por mi(s) parte(s) nada más.